IV //

4 planetas.



Lo que me hacía feliz no es que fueras capaz de sacarme una sonrisa cuando el mundo parecía ponerse en mi contra, lo que me conquistaba era que me abrazaras mientras me susurrabas con un silencio que todo iba a ir bien y que estaríamos juntos hasta que los pájaros dejasen de volar. Supongo que esas palabras jamás pronunciadas se perdieron junto a los pájaros entre las nubes y ahora sólo podría alimentarme de mi memoria.

Recuerdo que hacía muchísimo frío, ese frío de cuando alguien falta y los huesos sólo saben pedir calor humano. El alma se congelaba a cada suspiro mientras terminaban de consumirse los restos de leña que crepitaban en la chimenea. Entonces tus dedos recorrieron mi espalda provocando una explosión bajo mi piel, haciendo que me estremeciese entre tus brazos. Nos perdíamos entre las sábanas y gastábamos nuestra piel a besos mientras el mundo avanzaba a una frecuencia diferente, como dos niños en un carrusel llevándole la contraria al Universo. 


Y ahí, entre los latidos de tu corazón, el frío desapareció.

4 comentarios :

  1. ¿Cómo es que no seguía el blog si sí que lo seguía? o.o En fin, ya vuelvo a hacerlo. Bonita entrada, H.

    ¡Un beso!

    ResponderEliminar
  2. Qué preciosas palabras, me gustó mucho.

    ResponderEliminar
  3. Dulce y bello, pero por sobre todo sincero y simple. Muy lindo.
    Saludos!

    ResponderEliminar

Envíame una lechuza con tu mensaje.

 





Todo el contenido está protegido. ©2014