XIII //

4 planetas.


Tantas horas sin descansar no podían ser buenas, y bien que lo sabía, pero era la única forma de espantar a los fantasmas que se ocultan detrás de curvas imposibles y palabras afiladas. Que a veces el dolor es como el océano, inmenso y en continuo devenir. Y tus caricias como las del viento en la superficie del mar, formando olas con sumo cuidado para luego acabar en nada. Arrasando con todo a su paso. Rápido. Fuerte. Devastador. Y vuelta a empezar como si no hubiese pasado nada, sin que nadie se inmute. Y sin embargo, son las olas las que dan vida al mar, como en la vida misma. Porque sin altibajos la vida no sería más que existencia, y hay una gran diferencia entre vivir y existir, como entre dormir y descansar.


alias prospexi animo procellas.

4 comentarios :

  1. (de facto todo esto tiene aroma a sal)
    adoro no ser la única que apuesta por los altibajos, aunque den vértigo, ¿qué gracia tiene una vida lineal? no, yo quiero devorarlo todo, yo quiero dar al mar, yo quiero vivir.

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  2. No descansar a veces es escuchar un "cuidado, vida a la vista". Y yo también prefiero eso que una simple existencia, por más que eso me asegure dormir bien y tener bonitos sueños.

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  3. La diferencia es enorme, siempre he preferido vivir… pero nunca se sabe.
    Hace tiempo que no me pasaba, tus relatos son increíbles, como siempre Hache.
    Feliz año(: [y un mejor 2014]

    muchos abrazos ( de oso )

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